Hoy analizamos Copycat, un thriller psicológico de 1995 que, como muchas películas de la época, no pudo resistirse a incorporar elementos tecnológicos que, vistos desde una perspectiva actual, nos sacan una sonrisa. Vamos a desmontar algunos gazapos tecnológicos y curiosidades relacionadas con los sistemas informáticos que aparecen en la película.

El escritorio de tres pantallas: ¿el futuro en 1995?

La protagonista, la Dra. Helen Hudson (Sigourney Weaver), trabaja en un escritorio con tres pantallas, algo futurista para la época. En 1995, esto no era tan común como hoy en día. Para lograrlo, probablemente necesitaría tres ordenadores conectados de forma independiente, ya que los sistemas operativos y hardware de la época no solían soportar múltiples monitores en una sola máquina. Esto plantea preguntas interesantes sobre la logística de su set-up: ¿Cómo sincronizaba su trabajo entre tres PCs?

Un detalle curioso es que, en algunas tomas, se distingue la marca Compaq en los equipos. Compaq era una de las compañías líderes en la fabricación de ordenadores personales durante los 90 y conocida por sus soluciones de alta calidad. Este dato refuerza la idea de que el set-up de Helen estaba diseñado para representar lo último en tecnología de la época, aunque hoy resulte un tanto rudimentario. La elección de Compaq no es casual: en ese momento, era sinónimo de equipos potentes, usados tanto en oficinas como en entornos domésticos avanzados.

Internet y la magia de los módems

En una escena, Helen navega por internet con lo que suponemos es un módem de 28.8 kbps (o como mucho, un flamante 33.6 kbps, tecnología de vanguardia allá por 1995). Hasta ahí, vale. Sin embargo, la fluidez de su conexión sorprende: carga archivos, recibe correos y no se queda esperando con una pantalla de “Conectando…”. Pero lo mejor llega cuando, estando conectada, ¡suena el teléfono! En la realidad, esto cortaría la conexión o comunicaría, a menos que tuviera dos líneas telefónicas (algo raro en domicilios particulares de la época) o algún dispositivo milagroso que no conocemos.

¿Qué sistema operativo usa?

Aunque no se distingue claramente el sistema operativo, vemos una interfaz gráfica con ventanas y una consola de comandos. Esto podría ser un guiño a Windows 3.1 o Windows 3.11, ya maduro en esa época aunque la interfaz no termina de encajar. Sin embargo, también podría ser una mezcla ficticia para hacer que el entorno luciera “tecnológico” sin comprometerse demasiado con la realidad. Detalle curioso: en los 90, las películas solían personalizar las interfaces para no tener problemas legales.

El email como el epicentro de la tecnología

En los 90, el email era el rey. En las películas, los escritorios siempre tenían un gran icono de correo (a menudo animado, porque lo cool siempre parpadeaba). En Copycat, Helen recibe un correo con un archivo AVI de unos 30 segundos, lo cual plantea otra duda técnica: ¿Cuánto espacio ocupaba ese archivo en 1995?

Un AVI de 30 segundos probablemente tendría una resolución baja (320×240 píxeles o menos) y una tasa de compresión eficiente para la época, pero aun así podría pesar entre 2 y 5 MB, dependiendo de la calidad del audio y vídeo. Eso hubiera supuesto una odisea por email, ya que los servidores de la época limitaban los adjuntos a unos pocos cientos de KB. ¿Quizás el villano usó un protocolo privado para saltarse las restricciones?

Tomorrow.AVI

Tras recibir un inquietante archivo AVI, la protagonista llama a la policía, lo que desencadena una conversación cargada de decisiones tecnológicas cuestionables:

  • «¿Cómo le han enviado esto?» / «Consiguiendo su dirección de internet»: El archivo es descrito como enviado a través de «su dirección de internet», un término extraño para la época en la que lo habitual habría sido referirse al correo electrónico. Esto refleja un intento de sonar sofisticado sin usar los términos correctos.
  • «¿No podríamos localizarlo?»: La respuesta de los policías es que no pueden rastrear el origen del archivo «a no ser que esté conectado». Sin embargo, incluso en 1995, las cabeceras de los emails contenían suficiente información para rastrear el servidor de origen, aunque la práctica era más rudimentaria que en la actualidad. Ignorar esto parece una licencia creativa del guion o un concepto equivocado de localizar asociándolo quizá a las llamadas telefónicas.
  • «Es demasiado grande para pasarlo a disco»: Aquí surge el principal obstáculo: el archivo AVI es considerado «demasiado grande» para transferirlo a un disquete de 3,5 pulgadas (con una capacidad máxima de 1,44 MB). Aunque esto tiene sentido desde una perspectiva técnica, resulta extraño que fuera posible enviarlo por email en primer lugar, dado que los servidores de correo de la época tenían limitaciones más estrictas que un disquete. Esto sugiere una inconsistencia en la lógica tecnológica de la escena.
  • «Lo pasaremos a vídeo»: Ante la imposibilidad de transferirlo a un disquete, la solución propuesta es convertir el archivo a un formato reproducible en un dispositivo analógico (probablemente una cinta VHS) para transportarlo físicamente. Aunque esta decisión es plausible dentro de las limitaciones tecnológicas de la época, omite soluciones más digitales, como volver a enviarlo por email (¿acaso la policía no tenía correo electrónico?). Además, surge la pregunta de por qué no se recurre a los forenses técnicos de la policía (o del FBI) para analizar el disco duro, quienes, curiosamente, no aparecen en ningún momento de la película.
  • «Oh, Dios. ¿Cómo sabes todas estas cosas?» / «Malgasté mi juventud en los salones de videojuegos»: Esta frase añade un toque humorístico, pero no tiene relación alguna con las habilidades necesarias para resolver el problema en cuestión. Más bien, refuerza la desconexión entre los diálogos y las acciones tecnológicas presentadas.

Conclusión

Copycat (1995) es un buen ejemplo de cómo el cine de los 90 abordaba la tecnología con una mezcla de admiración y confusión. Desde la exageración de tener tres monitores en el escritorio de Helen hasta la torpe gestión del archivo Tomorrow.AVI, la película refleja tanto las limitaciones tecnológicas de la época como las libertades creativas de los guionistas.

En el caso del archivo AVI, los personajes deciden que no se puede gestionar digitalmente y optan por convertirlo a vídeo analógico, ignorando soluciones más simples como volver a enviarlo por correo electrónico (suponiendo que fuera posible). Este detalle, combinado con la ausencia aparente de personal técnico en la policía, subraya una desconexión entre la narrativa y las capacidades reales de la tecnología, incluso para 1995.

Aunque estos detalles pueden parecer cómicos 30 años después, forman parte del encanto de un cine que imaginaba el futuro sin comprender del todo su presente. Más que errores, son un recordatorio de cómo la tecnología ha evolucionado y de cómo nuestra percepción de ella también lo ha hecho.

Enlaces

  • Copycat [IMDb]
  • Historia de Internet [Wikipedia]
  • Correo electrónico [Wikipedia]
  • Compaq [Wikipedia]
  • Silicon Cowboys: la historia de cómo Compaq retó (y venció) a IBM y Apple [Xataka]
  • Formato de vídeo AVI [Wikipedia]
  • Analysis of video file formats in forensics (.avi example) [DiViLine]

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